En todas las organizaciones, es normal que tras tantas horas de relaciones   laborales   entre   las   personas,   se   sucedan   conflictos   o situaciones complicadas de “convivencia”. Pasamos varias horas al día   en  nuestro   puesto   de   trabajo   y   esto   da   lugar   a   situaciones negativas o disconformidades entre las diferentes áreas de trabajo o incluso entre trabajadores del mismo departamento.

¿A   qué   crees   que   pueden   deberse   estos   conflictos   o   problemas? Normalmente, la causa es la mala comunicación interna o incluso, una falta de liderazgo por parte del responsable de departamento. Y si   hemos   visto   que   los   conflictos   laborales   son   cada   vez   más comunes, lo que nunca debemos hacer es restarles importancia y pasarlos   por   alto,   ya   que   por   desgracia   a   medio-largo   plazo,   se reflejará  en  una   baja   productividad,   en  desidia   por   parte   de  los trabajadores   o   incluso   lo   que   es   peor,   bajas   voluntarias   de   la empresa.

 

5 formas eficaces de resolver problemas en tu organización

Si  no quieres llegar a esa situación, toma nota de los consejos que vamos a darte para solucionar estos conflictos. No lo dejes para mañana, es hoy cuando hay que actuar. Estos son los principales:

 

1. No busques culpables, encuentra soluciones

No busques a los culpables, anima a todas las partes implicadas   a   que   trabajen   juntos   en   busca   de   la   solución   más adecuada. Atiende el conflicto como se merece, dedícale el tiempo necesario y encuentra una solución lo antes posible. Siempre mirando hacia adelante y de forma positiva.

 

2. No demores los conflictos en el tiempo, actúa cuanto antes

Sueles tener tanto trabajo en tu día a día que, muchas veces, sabes que hay un problema pero lo dejas pasar pensando que con el paso de los días se solucionará solo o incluso intentas autoconvencerte de que no es para tanto. ¡Error! Ya lo dice el refrán “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” y en conflictos en el puesto de trabajo, debes aplicarlo más que nunca. En cuanto detectes una incidencia o problema entre trabajadores, actúa.

 

3. Escucha a todas las partes

Saber escuchar. Parece obvio pero es muy complicado. También hay que tener en cuenta que debes aceptar todos los puntos de vista y no posicionarte en los conflictos sin tener toda la información necesaria. La conclusión está en escuchar para construir.

 

4. Mantén el liderazgo

Un equipo sólido se forma con la figura de un líder, no de un jefe. En la   resolución   de   conflictos,   debes   mostrar   en   todo   momento   tu capacidad de liderazgo y por supuesto, saber gestionar a tu equipo de trabajo.   Muestra   capacidad   de   escucha,   empatía,   control   de   la situación y todos los que te rodean sentirán confianza en ti.

 

5. Comunica con transparencia y profesionalidad

Es   fundamental   que   haya   una   comunicación   bidireccional   y continuada.   Debes   informar   a   los   protagonistas   del   conflicto   con transparencia y desde un punto de vista profesional. Aquí no valen amigos. Es necesario tener un flujo de comunicación correcto para que todos los trabajadores sientan que están involucrados en todas las   situaciones   que   ocurren   en   la   empresa,   ya   sean   positivas   o negativas. No sirve de nada esconder o maquillar la información. Hay que ser claros, directos y evitar situaciones opacas que solo conducen a malos entendidos.

 

Mediar para resolver los conflictos

En tiempo de resolución de conflictos, investiga el problema, habla con las partes implicadas y si lo necesitas apóyate de un mediador para   ayudarte   a   negociar,   facilitar,   escuchar   y   arbitrar.   Además, podréis marcar unas normas y protocolos de actuación para que no vuelvan   repetirse   casos   similares.   En   definitiva,   te   impulsará   a resolver el problema desde un punto de vista completamente neutral y justo.

No dejes de lado los conflictos, enfréntate siempre a ellos y busca la solución más ecuánime para todas las partes involucradas.