Un conflicto se debería solucionar, únicamente, a través de una mediación. En el ámbito laboral español no es algo que se haya instaurado totalmente y sigue habiendo muchas organizaciones que dudan de este método. Utilizar la mediación ayudaría a descongestionar el sistema judicial y, además, mejoraría la reputación de las empresas reforzando la empatía entre los trabajadores. Y entonces, ¿por qué la mediación sigue sin ser esencial? La falta de cultura y de incentivos son la clave.

Para que un equipo de trabajo se sienta cómodo y las tareas fluyan correctamente siempre es recomendable contratar a un buen mediador. De esta manera, podrás formar un buen equipo con las personas que has contratado ya que se podrán solucionar y prevenir los malentendidos y, además, recuperar una buena comunicación. 

Los mediadores son aquellas personas que en ningún momento se posicionan por ninguna de las partes y no emitirán juicios de valor. De una manera imparcial, el mediador escuchará e intentará que ambas partes lleguen a un entendimiento siempre bajo el respeto y la educación.

 

Prejuicios y actitud conflictiva en el trabajo

En la oficina nos encontramos con compañeros de caracteres muy diversos. En muchas ocasiones surgirán conflictos y debemos aprender a gestionarlos. Podemos llegar a pasar muchas horas con el resto de los compañeros y, más que trabajar, llegamos a convivir con ellos. Hemos de aprender a controlar nuestro carácter hacia ellos y aprender a afrontar diferentes situaciones que, al final, nos pueden ocasionar discrepancias.

El origen del conflicto puede venir de mí o de mi compañero, y en la mayoría de los casos de unos malentendidos, de problemas de comunicación.. ¿Qué hacer en cada caso? Si me doy cuenta de que la persona que está provocando el problema soy yo, intentaré contener mis emociones y hablar con la otra persona implicada. También haré lo posible por no extender ese conflicto a otras personas, ya sean del entorno laboral como familiar. 

En el caso de que nuestro compañero sea la persona que genero y/o alimenta el conflicto, mostraremos compresión y empatía hacia él, pero sin adoptar el rol de apaciguador. También intentaremos poner límites y ser asertivos, para que su problema no nos acabe afectando a nosotros. 

Combatir la actitud conflictiva en el entorno laboral es trabajo de todos. Pero, ¿cómo hacerlo? Es importante empezar por nosotros mismos y realizarnos un examen personal. La comunicación constructiva también ayudará a calmar los nervios, así como generar espacios de diálogo y cortar con situaciones que veamos que se nos están yendo de las manos.  

Velar por el bienestar de los trabajadores debe ser una de las prioridades de las empresas. Hoy en día, son muchos los factores externos que pueden acabar afectando al rendimiento de los trabajadores y las organizaciones pueden ayudar a aliviar estos sistemas de desgaste y tristeza.

Contar con un espacio de diálogo junto al equipo ayudará a afrontar de una manera más optimista la jornada laboral. Que los trabajadores puedan exponer qué sienten o qué desacuerdos pueden tener con sus compañeros ayudará a atacar el problema antes de que se convierta en un conflicto. El team building también favorecerá en crear una buena sintonía y que eso se vea reflejado a nivel personal y profesional.

A través de estos pequeños actos, las empresas y los mediadores pueden ayudar a que un trabajador se sienta mejor en su entorno laboral. Si una persona se siente escuchada y cuidada mejorará en todas las facetas de su vida.