Es innegable que nos encontramos en un momento en el que la forma de trabajar se ha difuminado. Hemos visto cómo durante el último año hemos ido volviendo a la oficina paulatinamente, pero también cómo modelos como el trabajo remoto o híbrido han llegado para quedarse. Incluso, muchas empresas que estaban volviendo a la presencialidad se están comenzando a replantear si esta forma de colaboración merece realmente la pena.

Vivimos en un contexto en el que hemos descubierto que el trabajo digital nos facilita la vida. De hecho, algunas de las razones por las que las personas deciden cambiar de trabajo en el último año es porque ven la posibilidad de obtener una mejor conciliación entre la vida personal y laboral o por motivos de salud mental. Esta actitud lo que nos está señalando es que las prioridades vitales de las personas han cambiado, un factor que también cambia por completo el tablero del juego en el ámbito laboral. 

No obstante, por otro lado, el trabajo digital también entraña nuevos desafíos en materia de bienestar por varios motivos: el trabajo desde casa difumina el principio y el fin del trabajo, corremos el peligro de acabar agotados mentalmente antes y, también, como líderes, no nos damos cuenta de que estamos estableciendo un control demasiado asfixiante sobre nuestros empleados. ¿Qué podemos hacer entonces para preservar el bienestar de la empresa?

 

Consejos para garantizar el éxito del trabajo digital

 

1.Formación de líderes. Las nuevas formas de trabajo han llegado casi por sorpresa y parece que estamos aprendiendo a gestionarlas sobre la marcha. En este sentido, es esencial preparar a los líderes para este escenario. A través de una buena formación podemos dotarles de herramientas que les permita establecer una coordinación más eficiente con su equipo, atendiendo a las nuevas reglas que exige la digitalización y aprendiendo a desechar formas de liderazgo antiguas que ya no tienen sentido.

 

2. Reducción de reuniones virtuales. El trabajo en remoto nos pone en la preocupación de tener que controlar más a nuestro equipo. En consecuencia, llenamos su agenda de videollamadas para controlar cada paso que se está dando, sin darnos cuenta de que lo único que conseguimos es que las personas sean menos productivas. Primero, porque no permitimos que se centren en una tarea y segundo porque estamos aumentando la carga laboral. Si reducimos las reuniones no solo aumentaremos la productividad sino que el bienestar se verá reforzado. 

 

3. Súmate al trabajo por objetivos. Cuando hablamos de trabajo híbrido o remoto, también hablamos de flexibilidad. Entonces, si seguimos colaborando bajo un horario rígido, esa flexibilidad nunca será real. Por eso, una opción muy recomendable es trabajar por objetivos en la medida de lo posible. Dar más autonomía al trabajador reforzará su implicación y le permitirá una mejor conciliación. De esta forma, también aumentará su satisfacción.

 

4. Desconexión real. Es sumamente importante que cuides la salud mental de tu equipo. Si eres líder, procura no enviar mensajes a deshoras y asegúrate de que las personas respetan su tiempo de descanso. Muchas veces hay que poner ciertos límites para que las personas no acaben agotadas mentalmente antes de tiempo.

 

Si nos encontramos en un momento de transición hacia la era de trabajo digital y vemos que nos cuesta gestionarlo, la figura del mediador, como ojo externo, puede ayudarnos a adoptar un nuevo enfoque que nos permita entender las nuevas necesidades de nuestros empleados y tomar medidas basadas en la escucha y el diálogo. De esta forma,  garantizaremos su bienestar sin perjudicar a la productividad de la empresa.