Pedro ha descubierto con el teletrabajo que, según sus circunstancias, en determinados momentos, prefiere trabajar desde casa porque le permite estar más tiempo con sus hijos y ocuparse de ellos con mayor facilidad. Pero, por otra parte, echa de menos el calor de sus compañeros y la vida en la oficina. La situación de Pedro también es especial porque su padre, que está enfermo, vive en otro pueblo y le gustaría poder ir a cuidarle, teniendo la opción de trabajar desde esa casa durante algunas semanas al mes.

Si algo han aprendido las empresas durante la pandemia es que las formas de trabajar pueden ser muy diversas. Hemos visto como de un modelo presencial, hemos transitado hacia el teletrabajo, hacia el trabajo desde cualquier lugar, y con la situación más controlada, estamos viendo cómo muchas organizaciones apuestan por adoptar un modelo híbrido en el que el trabajador acuda a la oficina, al menos, algunos días a la semana o al mes.

Pero la emergencia sanitaria no solo ha cambiado la forma organizacional de las empresas, también ha cambiado la mentalidad de los trabajadores, que empiezan a dar importancia a aspectos en los que antes no se detenían a pensar: el valor de la conciliación, la flexibilidad o, incluso, la salud mental como prioridad. En definitiva, el sentimiento de querer formar parte de una empresa, depende más que nunca del factor bienestar. La pregunta que debe hacerse el departamento de Recursos Humanos ahora es cómo facilitar y equilibrar todo esto.

 

Consejos para poner el foco en el bienestar de las personas

 

Facilitar el teletrabajo

Las empresas deben entender que este modelo ha llegado para quedarse y, en la medida de lo posible, deben facilitarlo. Como Pedro, todos los trabajadores quieren tener la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar si precisan de ello. Volver a un escenario de presencialidad rígido puede, incluso, mermar la motivación de nuestro equipo, que se sentirá poco escuchado por la organización. Una situación que puede desembocar en una productividad menor.

 

Flexibilidad horaria

Si el trabajo lo permite, la flexibilidad en el horario mejorará de forma exponencial el bienestar de las personas, porque sentirán que tienen el control y la responsabilidad sobre lo que hacen. Además, es síntoma de que la empresa confía plenamente en ellas, sintiendo la seguridad de que el trabajo saldrá adelante. Quizás, las organizaciones deban cambiar la mentalidad y regirse por objetivos antes que por un horario rígido para establecer un control.

 

Redefine la oficina

Un puesto de trabajo no puede ser un lugar gris al que vamos a cubrir expediente y llevarnos un salario a final de mes. La oficina debe configurarse como un espacio de encuentro, de reunión, al que acudimos para explorar nuestra creatividad y a nutrirnos de las ideas del resto de compañeros.

 

Apuesta por la salud

Ya sea trabajando desde la oficina o desde cualquier otro lugar, es importante chequear el estado de nuestro equipo. Saber si están bien, si hay algo que les esté provocando ansiedad o estrés y ver qué soluciones podemos aportar como empresa a este tipo de problemas, ya sea mediante programas de salud mental o física. La organización debe cuidar de su talento y no prescindir de él a la primera de cambio.

 

Adoptar una nueva mentalidad es complicado cuando hemos estado trabajando bajo un mismo sistema durante muchos años. Por eso, la figura de un mediador, puede ayudarnos a encontrar ese punto en el que empresa y trabajadores se vean beneficiados y puedan colaborar en un espacio en el que el bienestar sea el motor que impulsa el trabajo.