Sin lugar a dudas, el motor que impulsa el éxito de una empresa tiene su base en las personas que deciden depositar su talento en ella. Por eso, es esencial para las organizaciones retener ese talento y seguir reclutando candidatos que puedan elevar la calidad de la marca.

Pensar que una persona se va a quedar con nosotros una vez conseguido el puesto de trabajo o que nos van a llover los aspirantes solo por ofrecer un trabajo fijo, es erróneo. Si la empresa no ofrece las condiciones adecuadas, formaremos un equipo que, tarde o temprano, se acabará marchando.

Partiendo desde esta premisa, es fundamental que nos hagamos algunas preguntas antes de comenzar a captar nuevos talentos: ¿Qué diferencia a mi empresa del resto?, ¿he construido una imagen de marca adecuada?, ¿qué cultura promuevo?, ¿qué beneficios ofrezco?, ¿reúno los recursos necesarios? Haciendo este análisis nos daremos cuenta de nuestros puntos fuertes y también de aquellos que, quizás, necesitamos mejorar. Recuerda que tampoco se trata de tener más o menos ingresos; cualquier empresa, de cualquier tamaño, puede crear una estrategia de reclutamiento potente si sabe explotar sus fortalezas.

 

Algunos consejos para captar nuevos talentos

 

  • Salarios acordes al trabajo realizado. Efectivamente, retribuir a las personas de forma justa, de acuerdo con el trabajo que realizan y su esfuerzo es importante. Sentir que el salario no acompaña a lo exigido puede ser motivo de descarte, pero también es importante saber establecer un salario emocional. A lo mejor mi empresa es pequeña y no puedo pagar todo lo que me gustaría, pero puedo ofrecer aspectos que mejoren la calidad de vida del trabajador y favorezcan su comodidad, su felicidad y les haga sentirse valorados. Hacerles saber que pones todo lo que está en tu mano para mejorar en el futuro también es valorado, y se consigue a través de la honestidad.
  • Favorecer un buen clima de trabajo. Como líderes, debemos cuidar la forma en la que nuestros empleados se relacionan con la empresa. Por eso, es importante apostar por cartas como el trabajo en equipo u oportunidades de desarrollo, además de destacar los logros y éxitos de las personas. Esto nos creará buena reputación de cara al exterior. El empleado sentirá que forma parte de un proyecto que también depende de él para avanzar y sentirá la necesidad de compartirlo con el mundo.
  • Adaptación al contexto actual. La forma que tenemos de trabajar ha cambiado para siempre y es importante que seamos conscientes de ello. La empresa actual debe ofrecer flexibilidad en su horario, dar opciones a poder trabajar desde casa, en la medida de lo posible, y facilitar la conciliación laboral y familiar. El empleado es lo más importante. Esto no significa que el trabajo pase a un segundo plano, significa que la mentalidad ha cambiado y que es el bienestar el que favorece un trabajo eficiente.
  • Atiende a las individualidades.  Para un nuevo talento, que sus necesidades personales sean escuchadas, es un punto que puede marcar la diferencia. Cada empleado tiene una situación distinta y, si está en nuestra mano poder ayudarle, debemos hacerlo. No solo se trata de bienestar, también de escuchar sus motivaciones, sus propuestas y las dificultades que puede estar atravesando.

 

Todas las empresas pueden ofrecer aspectos que le hagan diferenciarse o, por lo menos, estar a la altura del resto. La figura de un mediador, como elemento externo, puede ayudarnos a identificar nuestras fortalezas para explotarlas al máximo y conseguir que la empresa siga creciendo en calidad y talento.