A todos nos puede encantar nuestro trabajo, pero hay ciertos aspectos inevitables de los que no nos vamos a librar: el estrés, los conflictos o la presión. Pasamos muchas horas de nuestra vida trabajando y es normal que a veces nos perdamos en la vorágine del día a día, que caigamos en la rutina y nos de esa sensación de estar yendo de casa al trabajo y del trabajo a casa. Esta situación al final nos acaba pasando factura porque esa profesión que amamos acaba convirtiéndose en una especie de prisión.

Además, el clima laboral es muy diferente según el trabajo al que nos enfrentemos, algunos permiten algo de distensión, pero en otros el ritmo es tan frenético, que podemos pasarnos meses sin saber quién es el compañero que tenemos al lado. Caer en esa frialdad puede ser perjudicial, no solo a nivel personal, por la soledad que se puede llegar a sentir, sino también a nivel laboral porque las fricciones que puedan producirse serán más frecuentes y podrán adquirir dimensiones graves con más facilidad.

Aunque el afterwork es una costumbre que viene de la cultura anglosajona, es algo que también ha estado presente entre nosotros desde hace mucho tiempo, seguramente te resulte muy familiar el “irse de cañas después del trabajo”. Pero hasta ahora, las empresas no habían apostado por introducirlo como parte de su cultura, quizás por escepticismo o por no haberle dado demasiada importancia. En este sentido, invertir en actividades como esta se está convirtiendo en una tendencia al alza por todos los beneficios que reporta a corto plazo.

 

Beneficios de incorporar el afterwork en nuestra empresa

 

1. Fortalece los lazos del equipo

Como seres sociales es importante para nosotros conocer a nuestros compañeros, no solo desde el punto de vista profesional sino también personal. El mero hecho de salir del trabajo, tomar algo y conocer a un compañero de tú a tú, hace que estrechemos lazos y empaticemos con esa persona con mayor facilidad. Si en el futuro tengo un conflicto con María, sabré cómo resolverlo con más facilidad porque entiendo su comportamiento.

 

2. Mejora el rendimiento y la motivación

os pasamos el día respondiendo consultas, haciendo papeleos, respondiendo mails u ocupándonos de un proyecto. Es normal que en algún momento la fatiga llame a nuestra puerta y que la motivación se nos venga abajo. El afterwork es ese espacio que nos da la libertad de hablar sobre nuestras preocupaciones de forma distendida, de apoyarnos en otras personas que han pasado por lo que estamos pasando y, en consecuencia, nos da el impulso para que nuestro rendimiento y sentimiento de pertenencia escale de nuevo.

 

3. Permite distancia psicológica

r de la oficina a casa cada día nos hace caer en una rutina en la que el sentimiento de no parar de trabajar se hace muy latente y puede, incluso, llegar a crear ansiedad. ¿Por qué? No hay que olvidar que en casa también tenemos obligaciones. En este sentido, un afterwork puede ser ese espacio que nos permita tomarnos un respiro, socializar y recobrar fuerzas.

 

4. Favorece el networking

Normalmente en los espacios destinados al afterwork se conoce a personas de distintas empresas. Esta puede ser una oportunidad, no solo para socializar sino también para ampliar nuestra red de contactos y crecer profesionalmente.

 

Hay muchos tipos de afterwork. Si queremos integrar esta cultura en nuestra empresa pero no sabemos muy bien cómo, la figura del mediador puede ayudarnos a estudiar el perfil de nuestros trabajadores y encontrar las actividades que más se ajusten a su personalidad.