Seguramente en algún momento habrás escuchado aquello de que la empresa para la que trabajas es tu segunda casa. Y es que pasamos muchas horas en nuestro puesto de trabajo; por ello, generar un clima de bienestar es clave para que nuestros trabajadores den lo mejor de sí mismos. Esta tarea no siempre es sencilla, ya que como grupo humano es normal que surjan conflictos que, si no se localizan a tiempo, puede que mermen la productividad de la empresa.

Debemos tener siempre presente que los conflictos forman parte de nuestro día a día y pueden tener varios orígenes: Problemas personales del empleado, conflictos entre compañeros, de los empleados con sus superiores, etc. Tampoco podemos ignorar el hecho de que la irrupción del teletrabajo, implantado a marchas forzadas tras el escenario que nos deja el COVID-19, ha hecho que se amplifiquen mucho ciertos problemas, tales como la conciliación laboral-familiar o el incremento de gastos personales, que las organizaciones no habían abordado hasta ahora. Todas estas situaciones forman bloqueos que afectan a la buena salud de la empresa.

¿Qué podemos hacer para desbloquear este tipo de conflictos? La empatía es un elemento clave para resolver estas situaciones. Ponerse en la piel del empleado, atender a las frustraciones que puedan surgir en el desarrollo de su labor o establecer una comunicación limpia y directa son factores que marcan la diferencia entre una estructura empresarial sana y fuerte o una que puede acabar desmoronándose. En este sentido, el departamento de RRHH deberá prestar mucha atención para detectar y anticipar los posibles fallos que puedan surgir en la relación empresa-empleado. A continuación, desarrollamos estas ideas.

Cómo aplicar la empatía dentro del entorno empresarial

  • ¿Qué siente la otra persona? Es el leitmotiv de la empatía. Hay ocasiones en las que un empleado falla no por su falta de talento o de trabajo, sino porque existen factores externos que no le dejan avanzar en su labor. No es fácil predicar con aquello de dejar lo personal fuera del trabajo, hay situaciones que nos desbordan. Como empresa, está bien que podamos comprender estos estados para intentar crear un clima de trabajo en el que el trabajador no se vea presionado.
  • Liberar la frustración. Al igual que celebramos los éxitos, sentimientos negativos como la frustración también deben tener su espacio. Sentir que se puede hablar con un superior sobre determinados problemas que se presentan durante el desarrollo de un trabajo es una liberación; lo es para el empleado, porque siente que está trabajando sin tensión, lo que le permite ser más resolutivo, y lo es para el superior porque sabe en todo momento el problema al que se enfrenta su empleado y puede dotarle de más herramientas para que alcance su objetivo con mayor facilidad.
  • Mucha comunicación. La falta de comunicación desemboca entre otros en desinformación. Esto puede llegar a ocasionar bloqueos muy graves y difíciles de deshacer porque dejamos de saber dónde nacen los fallos y quienes los originan, lo que genera más conflictos y desconfianza entre unos y otros. Se recomienda que tanto la empresa como el trabajador establezcan un compromiso de transparencia para evitar quebraderos de cabeza.

Si el bloqueo que sufre la empresa llegara a ser muy difícil de resolver, siempre se puede recurrir a la figura del mediador, que como un tercero imparcial y neutral ayudará a poner sobre la mesa las posibles soluciones para que las partes afectadas puedan llegar a un acuerdo en el que ambas se vean beneficiadas.