Con la llegada de la temporada alta de ventas, son muchas las empresas sometidas a niveles de estrés por encima de lo normal: sentir la presión de tener que llegar a un objetivo, la alta afluencia de clientes o la ansiedad generada por el gran volumen de trabajo, son factores que acaban mermando la motivación y productividad del equipo. De hecho, se calcula que organizaciones de todo el mundo pueden llegar a perder hasta 300 billones de dólares debido a problemas asociados con una mala gestión de la salud mental de los trabajadores.

Gestionar la presión de los empleados de gigantes empresariales puede resultar complicado para el departamento de recursos humanos. Y es que, contar con un grupo grande de personas puede desembocar en desatención porque resulta imposible responder a un trato personalizado. En este sentido, uno de los departamentos que más alto grado de estrés sufre durante estos meses es el de logística, y muestra de ello son los muchos trabajadores que acaban cayendo en el ausentismo laboral, al verse incapaces de responder a un escenario que acaba resultando hostil.

 

Problemas a los que se enfrenta el departamento de logística

Juan es repartidor y su trabajo consiste en hacer que el encargo que ha realizado el cliente llegue lo antes posible a la tienda o a su propia casa. Juan quiere hacer su labor lo mejor posible pero la alta demanda de las fechas de navidad hace que el trabajo se le acumule, un hándicap que desarrolla toda una cadena de infortunios: el reparto se ralentiza, a consecuencia se van generando incidencias, los clientes reclaman su pedido y amenazan a la empresa para presionar y, a la vez, la empresa presiona a Juan, que, como sea, tiene que cumplir con los tiempos y plazos exigidos por la cadena de suministros. 

Toda esta vorágine de situaciones, difícilmente controlables, hace que Juan acabe cayendo en un estado de distrés; ¿Cómo puede actuar el departamento de recursos humanos en estos casos?

 

Consejos para paliar situaciones de elevado estrés
  • Organización y planificación. Si prevemos una temporada de alto volumen de trabajo, debemos prepararnos para ello meses antes. ¿Necesitamos más apoyo?, ¿tener más mercancía?, ¿están nuestros trabajadores organizados? Todas estas preguntas son cruciales para que en el momento de la verdad no nos veamos desbordados.
  • Evalúa el estrés. Un análisis del absentismo laboral, la rotación del personal o el número de quejas de los empleados, puede darnos pistas acerca del estado de salud de nuestro equipo. Prestar atención a estos indicadores ayuda a tomar decisiones más concretas para facilitar la vida laboral del equipo.
  • Aplica la escucha. Parece muy obvio pero, realmente, no hace falta recurrir a estrategias demasiado complicadas. Escuchar cómo se sienten los empleados y qué problemas y necesidades tienen es el primer paso para buscar soluciones. En grandes empresas, pueden realizarse asambleas en las que el trabajador que lo necesite pueda expresarse en un espacio seguro.
  • Facilita la conciliación. En muchas ocasiones el estrés es generado por la vida fuera del ámbito laboral. Tener a nuestro cargo niños o personas mayores puede disparar nuestro estado de estrés. Las empresas deben conocer la situación de sus trabajadores para, en la medida de lo posible, facilitarles conciliar vida laboral con familiar con más flexibilidad.

Las temporadas de alto consumo son muy complicadas para la mayoría de organizaciones, tanto pequeñas como grandes. Si necesitamos apoyo en el campo de la gestión emocional de nuestros empleados, la figura del mediador puede configurarnos un plan que actúe como un escudo ante situaciones de alto estrés.