Al igual que si habláramos de una familia, cada empresa es un mundo; y cada una se organiza de la forma que cree más eficiente. Es difícil dar con el modelo de empresa “ideal” porque lo que funciona en unas, en otras no y viceversa. Pero sí es cierto que en los últimos veinte años han surgido nuevas visiones que han ayudado a las organizaciones a optimizar sus sistemas de trabajo, dando prioridad a aspectos que antes se consideraban secundarios. En este sentido, hablamos del manifiesto Agile. Un método, que ha revolucionado la idea de empresa.

Lo Agile nace en febrero de 2001 en EE. UU. cuando 17 expertos de la ingeniería del software, se reúnen para intentar encontrar soluciones a los problemas de planificación que tenían los procesos tradicionales de desarrollo. Este debate que acaba con la firma de un manifiesto que se conjuga en torno a cuatro valores y doce principios fundamentales. Premisas que estos empresarios comienzan a poner a prueba en sus organizaciones.

Aunque en un principio fue creado para mejorar el desarrollo software, muchas empresas han incorporado los principios Agile de distintas formas. Esto les ha permitido desarrollar mecánicas de trabajo más eficaces y funcionales. Aquí nos fijaremos en aquellas que han repercutido de manera positiva sobre el funcionamiento del equipo humano de la organización.

 

4 Beneficios de la mentalidad Agile en las relaciones laborales

1. Fin de la jerarquía

Uno de los principios Agile consiste en saber delegar y depositar confianza en el equipo humano. La figura del jefe como figura que dicta y la del empleado como figura que ejecuta, desaparece para dar paso a una estructura horizontal en la que todos proponen ideas y aportan soluciones. De esta forma, el sentido de pertenencia crece porque todo el equipo se siente parte del proceso creativo y de la toma de decisiones.

2. Las personas son lo importante

Es uno de los valores fundamentales. Cada persona de nuestro equipo cuenta y aporta algo propio. Reforzar su motivación mediante herramientas que faciliten la colaboración, es esencial. Atender a las necesidades del empleado, facilitar la conciliación con su vida privada o permitirle la autogestión de su trabajo son aspectos que se traducen en eficacia.

3. Trabajo en equipo

Es importante que nuestra plantilla sepa que no trabaja de forma individual. Por ello, el manifiesto propone trabajar el cara a cara, acortando distancias y fomentando la interacción física entre las personas. De esta manera, se forma equipo y la motivación aumenta.

4. Aceptar cambios

Un equipo solvente es aquel que abraza los cambios. Obcecarse en seguir un plan de forma rígida no es realista porque por el camino aparecen baches que nos hacen cambiar las direcciones. En este sentido, la mentalidad Agile nos propone estar abiertos a la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad para alcanzar con éxito un producto final.

 

Gigantes como Zara, Apple o Facebook son empresas que se organizan en torno a esta mentalidad, convirtiéndose en un ejemplo en cuanto a eficiencia y progreso.

Si queremos aplicar la metodología del Manifiesto Agile en nuestra empresa, porque queremos ser más flexibles, más adaptables, más creativos y más reactivos, siempre podremos recurrir a los servicios del mediador. Como una figura externa, nos ayudará a resolver, limitar los efectos negativos de los roces, conflictos que impiden la confianza necesaria al intercambio constructivo de ideas.