Alicia es CEO en su empresa y, aunque hace un año y medio que comenzó con el negocio, ha crecido mucho. Tanto, que se ha visto en la necesidad de ampliar su equipo para poder llegar a tiempo a sus objetivos. El problema que se encuentra ahora Alicia es que está tan acostumbrada a hacer ella el trabajo, que confiar en otras personas, le resulta complicado. De hecho, al final siempre acaba haciendo las tareas que considera más difíciles, no establece límites y acaba trabajando más horas de lo debido, con la carga emocional que eso conlleva. Un aspecto que, además, tampoco es positivo para su nuevo equipo, que comienza a sentirse frustrado y poco valorado.

Al contrario de lo que pueda parecer, llevar sobre nuestros hombros el peso del liderazgo, no es una tarea sencilla. Como líderes, queremos que ese negocio que tanto nos ha costado levantar, salga adelante, sabemos que no podemos hacerlo solos; pero, en ocasiones, delegar funciones nos genera dudas e inseguridad. Elegir a las personas adecuadas es fundamental para poder liberarte de ciertas tareas que no te dejan avanzar y que, además, repercuten directamente en tu salud mental. ¿Cómo podemos hacer que esa transición hacia el trabajo en equipo sea más segura?

 

Algunos consejos para delegar con confianza

 

No te limites a las aptitudes

En muchas ocasiones, nos dejamos seducir por personas que cuentan en su currículum con una amplia experiencia, que saben muy bien qué decirnos en una entrevista y que cuentan con una fachada de seguridad que acaba por hacer que nos decantemos por ellos. Por supuesto, no hay que obviar la experiencia de un candidato, pero, ¿tienes la certeza de que esa persona es realmente como dice ser?, ¿te inspira confianza como persona? En este sentido, aplicar el modelo PCM en el proceso de selección nos puede ser muy útil. 

 

Establece claridad en los límites

Como líder que delega la responsabilidad de un proyecto en otros, debes tener en cuenta que no podrás tener el control de absolutamente todo. Por eso, es importante que establezcas límites, tanto para tu equipo como para ti. Qué competencias tiene cada uno, qué responsabilidades y el tiempo en el que debe entregarse un trabajo. Una forma de saber en qué estado y qué dificultades atraviesa tu equipo es hacer reuniones periódicas.

 

Satisface necesidades

Para que tu equipo pueda funcionar perfectamente sin ti, es importante que tenga a su alcance todos los recursos que tuviste e, incluso, guiarlos a través de de tu expertise en el tema. No te guardes tus conocimientos como si de la fórmula de la coca-cola se tratara, hazle saber a tus trabajadores todo lo que deben conocer antes de enfrentarse a un trabajo que tú ya has hecho, estarán más motivados y serán más eficientes.

 

Debes tener en cuenta que delegar significa confianza y, una vez lo haces, tienes que dejar que tu equipo se arriesgue, se equivoque y que llegue al éxito por sí mismo, no a través de tu constante intromisión. Además, tú también tienes derecho a equivocarte, si algo sale mal, tu empresa no irá a la deriva, siempre tendrás margen para encontrar a otra persona que se ajuste mejor a lo que buscas.

Si nos enfrentamos a algún problema a la hora de elegir a las personas adecuadas, en las cuales poder delegar parte de nuestro trabajo, y no sabemos cómo solucionarlo, la figura del mediador, como ojo externo, puede ayudarnos a elegir un equipo que se ajuste a nuestro lenguaje y visión; dos aspectos fundamentales para trabajar de forma óptima.