En los últimos años nos hemos visto afectados por diversas situaciones que han creado un desánimo general que, directa o indirectamente, nos afecta en nuestro día a día y, por lo tanto, también en el ámbito laboral. Episodios de calado mundial como la pandemia provocada por la Covid-19, que transformó por completo nuestra forma de enfrentarnos al trabajo, o la reciente crisis bélica en Ucrania, que no solamente nos ha conmocionado sino que, además, nos afecta por las duras medidas adoptadas, siendo la subida de precios en los suministros o la creciente inflación algunas de las consecuencias, han provocado que la desmotivación por un futuro incierto sea latente.

Ante este contexto, las empresas deben ser más conscientes que nunca de lo importante que es velar por el bienestar de sus trabajadores. Obviar esos factores externos que inciden en nuestra vida personal y que no podemos cambiar porque no está en nuestra mano, puede desembocar en fuertes crisis de estrés, frustración y pesadumbre que, sin lugar a dudas, afectan al clima y productividad de la organización. Pero, ¿qué podemos hacer como empresa para paliar esos síntomas de desgaste en los que no tenemos una implicación directa?

 

Tips para mantener el bienestar en momentos de crisis

  • Establece espacios de diálogo. En muchas ocasiones, tenemos tan poco tiempo que durante las reuniones de equipo solo nos limitamos a hablar de lo estrictamente profesional. Quizás, una buena opción podría ser dedicar unos minutos de ese encuentro a preguntar cómo se siente nuestro equipo. Podemos incidir, especialmente, en aquellas personas a las que notemos más vulnerables. Tener un momento para el desahogo puede ser positivo de cara a afrontar la jornada de trabajo de otra manera.
  • Ten manga ancha. Es obvio que como seres sensibles tenemos semanas más brillantes que otras. En este sentido, es importante saber escuchar y saber identificar el estado de nuestros trabajadores. Si Marta es sublime en sus tareas, pero tiene una semana en la que algo no está funcionando bien y baja el ritmo, no le castigues, permíteselo e intenta que tenga unos días más tranquilos de lo habitual.
  • Apuesta por el team building. El ritmo que nos impone nuestro trabajo es vertiginoso y es normal que nos perdamos en nuestro día a día. Precisamente, para intentar utilizar menos esa frase de “voy de casa al trabajo, y del trabajo a casa”, sigue apostando por realizar actividades lúdicas fuera del horario laboral. Esta iniciativa favorecerá el acercamiento entre compañeros y una oportunidad para poder hablar de otros asuntos que no sean trabajo.
  • Respeta el horario laboral. Un acto muy sencillo que contribuye a que nuestro equipo pueda descansar y sentirse cuidado es evitar mandar mensajes a deshoras. Con la descentralización de las empresas es normal que muchas personas opten por configurar un horario personal. Tenlo en cuenta. Que tu estés trabajando a las diez de la noche no significa que tu compañero lo haga. Recuerda que ver una simple notificación puede crear alarma.

Está claro que las empresas no pueden mejorar aquellas preocupaciones en las que el trabajo no es el conflicto. No obstante, a través de sencillos actos, pueden contribuir a que las personas sientan su espacio laboral como un lugar en el que son escuchadas, cuidadas y en el que se tiene en cuenta la situación que atraviesan. Identificar síntomas de desmotivación y poner remedio es posible. Sin embargo, si nos sentimos desbordados, siempre podemos recurrir a la figura del mediador, que como ojo externo nos dará pautas a seguir para forjar una empresa con un equipo siempre motivado y feliz.