Volver de vacaciones siempre es duro. Pasar de un estado de desconexión total a otro de estrés en el que la rutina del día a día viene marcado por un gran volumen de trabajo, produce un choque que, si no se dosifica, puede desmotivar y echar por tierra la buena productividad que teníamos antes de irnos.

Además, volver de navidades no es lo mismo que volver de las vacaciones estivales. La vuelta en enero es especialmente dura psicológicamente; el periodo de días disfrutados es menor, tenemos la sensación de que queda todo un año por delante, hay que reanudar proyectos que se quedaron en “stand by”, no existen tantos puentes a la vista como en el último trimestre del año y el horario de invierno no ayuda, con menos horas de sol y bajas temperaturas.

Todos estos ingredientes, crean un cóctel que dificulta el buen funcionamiento del ritmo en la oficina, ralentizando el trabajo y creando un ambiente de pesadumbre en nuestro equipo humano  que nos puede costar levantar si no tomamos algunas iniciativas. Nuestro objetivo en enero debe centrarse en ayudar a recuperar la ilusión por el trabajo y las ganas de encarar nuevos retos.

 

Consejos para afrontar la vuelta de las navidades 

 

1. Dale un tiempo a tu equipo

Suena contraproducente pero, a la larga, es lo mejor que podemos hacer. Nuestros empleados necesitan un tiempo para asimilar la vuelta a la rutina y no les podemos generar más estrés del que ya tienen. Dejarles un espacio para que organicen sus agendas, comprueben sus tareas y conecten de nuevo con sus objetivos hará que poco a poco recuperen el ritmo. Debemos verlo como un atleta que ha perdido musculatura y necesita un poco de rehabilitación antes de comenzar a correr a toda velocidad. 

 

2. Encuentros de bienvenida

Si trabajamos de forma presencial, puede ser muy positivo intentar romper con esa imagen de la vuelta al trabajo como algo triste y mecánico. Pequeños detalles como organizar un desayuno para que trabajadores y superiores se puedan poner al día de una forma más distendida y amable, puede regenerar las relaciones con la vida laboral y disminuir la presión y el estrés.

 

3. No sobrecargues

Si hay algo que no podemos hacer durante los primeros días postvacacionales es sobrecargar con nuevas tareas. Deja que tu equipo resuelva el trabajo acumulado durante su ausencia antes de abrumarlo con otros proyectos. Al final no se centrará en ninguno y eso que podría haber sido una labor brillante se quedará en algo más superficial como consecuencia al cansancio y la prisa. 

 

4. Reuniones de enfoque

Una reunión colectiva para dar la bienvenida de nuevo y crear motivación de grupo siempre es beneficioso, pero no debemos olvidar hacer reuniones más personalizadas. De esta forma, podremos chequear el estado de nuestro equipo individualmente, repasar sus tareas y ayudarle a centrar sus esfuerzos en aquello que más importa, liberándole de otras tareas que ahora mismo puede que no sean prioritarias.

 

La vuelta de vacaciones puede resultar muy estresante para nuestros trabajadores, e incluso también para el departamento de recursos humanos, que debe encontrar soluciones para resolver esta situación de la manera más eficiente. Si nos vemos desbordados, siempre podemos recurrir a la figura del mediador, que nos ayudará a elaborar estrategias que mejoren la motivación, el bienestar y, en consecuencia, la productividad de nuestros trabajadores en momentos en los que afrontar el trabajo se nos hace cuesta arriba.